Eugeni Forcano (Canet de Mar, 1926) entra en el mundo de la fotografía como un vendaval al incorporarse a la revista Destino en 1960. Autodidacta e intuitivo, mira con sagacidad, pasión e ironía cuanto le rodea. Josep Pla, siempre parco en elogios, dice de Forcano en 1966: "Es un gran fotógrafo, un gran artista. Es diferente e imprevisible. Singular". Andrés Trapiello asegura que "lo más importante en sus fotografías es el latido de todo lo que aún vive". Y Josep Maria Espinàs percibe que "a sus personajes se les oye hablar".
Personajes de la calle, políticos o las más atrevidas modelos, han pasado al imaginario colectivo gracias a su capacidad de observación. La calidad de todas esas fotografías y la perdurabilidad de sus imágenes le han convertido en ganador del Premio Nacional de Fotografía 2012.
La fotografía marcó su vida para siempre. Evolucionista y soñador, va cubriendo etapas: moda, ilustración, simbolismo... y una larga investigación sobre el color como nueva forma de expresión artística. Jorge Rueda escribió sobre ella: "Por fin has conseguido fotografiar los suspiros". Javier Pérez Andújar lo define: "Es, sobre vanguardista, un fotógrafo vitalista que ha entendido el lenguaje de su tiempo".
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